Wanda Nara y su papá, Andrés, salieron con los tapones de punta para defender a la de la familia, Zaira, después de que el futbolista uruguayo Diego Forlán la plantara en el altar.
Entonces se desató una lucha de clanes: mientras los padres de él se mostraban aliviados de que no hubiera boda, los de ella juraban que el crack charrúa se arrepentiría de abandonado a la morocha.
Pero la última palabra la tendría nada menos que Wanda, quien tuvo algo muy importante que recordarle a Forlán: "Cuando apoye la cabeza en la almohada, se va a acordar que su de casamiento está colgado en mi placard", expresó la rubia en el radial "Ciudad GótiK".
Faltaba un mes para la boda y Forlán dijo "basta", incluso antes de que la firmara el acuerdo prenupcial. Entonces, todo quedó en stand by y después en la nada. Ahora, los preparativos son sólo recuerdos: "El de novia está en el cuarto donde paraban Zaira y Diego cuando venían a mi casa, en el cuarto de invitados", contó Nara.
"Ahí está también el traje de Diego, que obviamente será devuelto a él", recordó la rubia, dispuesta a ponerse en contacto con el ex de su hermana sólo para librar al clan de los últimos vestigios de la boda fallida.
"De a poco todo va pasando. Cuando pasa el y hay otras noticias arriba se va calmando. Mi hermana no tuvo tiempo de hacer duelo. Yo me tiraba en la cama y lloraba por lo menos dos días, y ella tuvo que afrontar en seguida compromisos laborales", comentó Nara sobre el Zaira - Gate.
No hubo tiempo para duelos, así como tampoco para recluirse en la intimidad. Zaira habló a los medios sólo por teléfono y con dos referentes de la fauna , Marcelo Tinelli y Jorge Rial, para evitar el derrotero por los de chimentos.
"Son dos personas con mucho orgullo, con mucho ego personal. De afuera, como ellos no hablan, es constante que todo el mundo piense mal", sentenció Nara. Ya pasará la novedad.